martes, 14 de noviembre de 2017

Ano de 1753. A Capela de San Xosé en Pumar de Suso. O Barreiro



A capela está situada no barrio do Barreiro, concretamente no lugar de Pumar de Suso.

Porta principal


Aínda que hoxe encóntrase reconvertida nun alpendre, todavía conserva os muros da nave principal e da sacristía, o chan está empedrado e no interior posue varias pías e adornos en pedra. Estaba adicada a veneración de San Xosé.

No ano 1753 cítase no catastro de Ensenada que existían tres capelas na feligresía de Santa María de Salceda: San Antonio (pazo de Avalle), San Benito (pazo de Pegullal) e San Xosé en Pumar de Suso.

A finais do século XIX, a capela de San Xosé caeu en decadencia, o seu titular a partir do ano 1785 foi Diego Pousa Fernández, crego de menores causas, que ademáis era propietario das casas contiguas e terras vinculadas á dita capelanía. Dito abade tiña tamén outras propiedades en Tui e noutros lugares, e parece que non adicaba o suficiente interese pola capelanía de San Xosé de Salceda.

Casa vinculada á capela

Interior da eira


No ano 1800 o abade de Salceda, Anselmo Benito Rodríguez iniciou un pleito ante o Tribunal Eclesiástico para reclamar a titularidade da capelanía por incumplimento das obrigas da fundación e por suposto abandono do mantemento da capela. A capela e as rendas foron embargadas, ata que Diego Pousa aportou a fianza e acreditou o cumprimento das obrigas.



Ylmo Sr. El día sabado veintiseis del que rige, ynformé de palabra a V.S. Ylma. las seguras señales, que tenia para conceptuar que Don Diego de Pousa Fernandez, clérigo de menores y capellán de la capellanía colatiba de la advocación de San Joseph sita en esta parroquia, no cumplía con la obligación del oficio Divino, y mas cargas annesas a la tal fundación, y que mediante hallé en el una total ygnorancia del modo de regir del rezo, hacer las correspondientes comemoraciones, y mas particulares que nos mandan las rubricas, hiceme cargo, que este hombre jamás havia rezado, quando hai mas de catorce años, que está posesionado de la dicha capilla, luego le hice las correspondientes correciones, y por ver el ningun provecho que de ella le resultó, a causa de una pereza, y envejecida falta de regimen en que parece siempre vivió, pasé y paso a ponerlo en noticia de V.S. Ylma. a finde que para remediar semejante conducta se sirvan tomar las providencias, que sean del agrado de V.S.Ylma., y de Dios nuestro Señor, a quien pido conserve su ymportante vida por los dilatados de sus dias, B.S.M. de V.S.Ylma, el mas humilde subdito y capellan.
Fdo. Antonio de Castro y Montenegro.
Salceda y Abril 28 de 1800.








En cumplimiento del decreto antecedente, yo el infraescrito notario de Poyo de uno de los dos oficios de asiento de esta Audiencia y Tribunal eclesiástico certifico y hago fe en verdad de testimonio que en el pleito que se está disputando en dicho tribunal y por el referido oficio de mi cargo entre Don Anselmo Benito Rodríguez clérigo vezino de la feligresía de Santa María de Salceda y Don Diego Pousa Fernández clérigo de menores, capellán de la capellanía colativa de advocación de San José fundada en la Parroquial de dicha feligresía de Salceda. Sobre que se prive a este de su obtención y goce por las razones que ha expuesto dicho Don Anselmo en su demanda en cuyo pleito como se subestase también en la omisión y desidia de dicho capellán en reparar la capilla, casas y vienes de su fundación y la falta de cumplimiento de las misas que tiene de cargas se procedió al reconocimiento y estado de la citada capilla y vienes de su datación mandando al mismo tiempo que el Abad de dicha feligresía de Salceda certificase lo que le constase no solo quanto al cumplimiento sino también quanto al de las mencionadas misas y en efecto dio el certificado siguiente:
En dicha villa dia mes y año que preside yo escribano manifesté a Don Joaquín Canseco de la Bandera, abad y cura párroco en ella, el despacho antecedente de los señores provisores en su persona que enterado de el dijo, que el Don Diego Pousa quando reside en esta parroquia, quien se retira a la de donde es oriundo en la ciudad de Tuy y mas parajes que le tiene cuenta que estando en estas algunas veces baja a la Iglesia. La misa semanaria no save quien le corra con ella. Las cantadas que no asistió a ninguna de que lo aia echo. Y si con lizencia del que dice en el diziembre del año próximo pasado cantaron alguna en dicha capilla que oyi fueran diez y siete y también le consta hizo cantar las de los siete primeros años y no hay duda cumple en esta parroquia con el precepto pascual. Que es quanto puede decir y certificar en el particular y lo firma de que doy fe: Don Joaquín Canseco de la Bandera. Ante mi Francisco Antonio Pedrero de Barros.
Y como del recomiento resultase el deplorable estado que en la actualidad tenían las expresada capilla, sus casas y vienes y el referido capellán no cumpliese dentro del término que se le prefixo de repararlas dar fianza eclesiástica de hacerlo igualmente en hacer haber tener cumplido con las expresadas Misas se puso secuestro y embargo en los expresados vienes y rentas de dicha capellanía, y esto presentando una relación de las misas cantadas que estavan celebradas y recivos de las rezadas que el tenor de ellas es el siguiente:
Diciembre tres de mil setecientos noventa y seis. Misas cantadas San Josef:
Don Manuel Cavaleiro cantó tres misas. Don Juan Antonio de Lemos cantó tres misas. Don Josef Ignacio Alvarez cantó tres misas. Don Francisco Romero cantó tres misas. Don Josef Antonio Bernárdez cantó tres misas: Los siete años antecedentes están cumplidos por la certificación que dió el Señor Abad por la declaración que le fue pedida por la contraria (...)
Presentose igualmente por parte del mencionado capellán un papel de contrato entre el Sr. dicho y los maestros de carpintería de las obras que estos havian de hacer en la expresada capilla y casa de su fundación por la cantidad de 1900 reales pidiendose por dicho capellán que respecto con todo ello hacía ver el cumplimiento de lo que se le havía prevenido de suspendiese toda providencia en esta parte presentando también posteriormente el recivo siguiente: Don José Ygnacio Alvarez presvítero vecino de la Picoña, certifico y siendo necesario que Don Diego Pousa, capellán de San Josef en Salceda con motivo de hir los mas de los dias a decir Misas a su capilla me encargó desde su principio una semanaria de su fundación, con la que corri hasta aora y correré mientras no mudere de voluntad, de cuya limosna atrasada y hasta aquí me doy por satisfecho. Y pare que conste de pedimento de dicho capellán lo firmo: Picoña y octubre 23 de 1798. Don Ygnacio Alvarez.
Y con vista de todo ello y de lo deducido por una y otra parte se dió auto por el que reservándose determinar lo conveniente sobre los varios y articulares de que se tratava y atendiendose lo al que mas instava que para el reparo y remedio de la capilla y vienes de su fundación, teniéndose en consideración que según resultava se estava y al travajando con efecto en repararlos y que para proseguir la obra se hacían precisos los frutos que se havian mandado embargar se alzaba para solo dicho efecto el secuestro y embargo de ellos y vienes de dicha capellanía vajo la precisa condición de que dicho capellán diese fianza eclesiástica abonada y bastante para reparar la espresada capilla y sus vienes y de su fundación en la forma que correspondía y assí mismo para el cumplimiento de las misas que se verificasen no estar cumplidas y reintegro de los muebles y alhajas que debían substituir y dejó el fundador si se averiguase faltan algunos. Y haviendo cumplido dicho capellán con la presentación de dicha fianza prevenida por el mencionado, aún con su vista se mandó poner en execución el desembargo de los referidos frutos y vienes de dicha capellanía y que el depositario los entregase al expresado capellán y se está tratando sobre lo principal, según que lo relacionado muy largamente consta de dichos autos y lo aquí inserto concuerda con ellas a que me refiero y en fe de ello y cumplimiento de la mandado doy el presente que firmo en estas cinco ojas, la primera que es la del pedimento y la que se sigue y está del sello que se reconoce y las de su intermedio papel común.
En dicha ciudad de Tuy a 30 de julio de 1800
Gabriel Jacobo Gómez.
Arquivo Histórico Diocesano de Tui





Avanzado o século XIX, as casas e terras vinculadas á fundación e capelanía de San Xosé foron desmembradas da capela, pasando a ser propiedade laica dos sucesores mentres que a capela pasou a ser de titularidade eclesiástica.

Datado en 1856 está o testamento dun abade de Santa María de Salceda chamado José Ramón Troncoso, quen pediu que antes de ser enterrado o seu cadáver no cemiterio parroquial, fose velado na capela de San Xosé:



En la villa de Santa María de Salceda de diecinueve días del mes de once de mil ochocientos cincuenta y seis, yo Don José Ramón Troncoso, Abad párroco de esta vecindad, a pie y en mi entero caval juicio y entendimiento natural creo en todos los misterios de nuestra Santa Madre Yglesia Catolica Apostolica Romana en cuya fe vivo como tal Catolico Cristiano, y ordenando mis cosas hago esta mi disposición testamentaria como sigue.
Amortajado mi cuerpo con las vestiduras sacerdotales sepultado en el cementerio de esta parroquia y hallandose mi dicho cuerpo echo cadaver sea depositado en la capilla de San José de esta espuesta parroquia (...)
Declaro que tengo en mi compañía a mi hermana Doña Benita Troncoso soltera, a quien por los servicios que me tiene echo y que espero continuará hasta mi fallecimiento le legato para siempre jamás la Casa y lugar donde vivo al sitio titulado da Carvallida en esta Parroquia de Salceda (...)
Escribano Juan Francisco Alvarez. Protocolos Notariales. Arquivo Histórico Provincial de Pontevedra




A finais do citado século XIX deixouse de celebrar oficios na capela, a imaxe de San Xosé foi trasladada á igrexa parroquial, onde todavía se conserva en bó estado de conservación, e a capela foi desacralizada e abandonada ata que entrou en estado semiruinoso.

Entrada lateral



No ano 1925 don José Gil cura párroco titular de Santa María de Salceda solicitou ao Bispado de Tui a autorización para a venda da capela:



Ylmo y Rvdsmo Sr Obispo de Tuy.
Don José Gil Pérez, cura párroco de Santa María de Salceda en este obispado a S.Ylma.Rev. con el mas profundo respeto expone:
Que en el barrio de Pumar de Suso, perteneciente a esta parroquia de Salceda, existe una capilla llamada de San José cuya techumbre en gran parte se ha derrubado y en cuyos altares están completamente deteriorados y casi deshechos, de manera que en la forma en que se encuentra, es en absoluto irreversible.
Como no se encuentra con recursos para su arreglo y aunque los hubiera, el infraescrito no cree conveniente dicho arreglo, porque mermaría las ofrendas a la parroquial, y a fin de aprovechar algo de ella para el culto de la iglesia a S.Y.R. humildemente suplica se obligue autorizarle para enagenarla al que mejor la pague o mas se acerque al precio señalado por las personas peritas cuyo informe acompaño.
Es gracia que el recurrente espera obtener de la bondad de S.Y. cuya preciosa vida conserve el Señor muchos años para bien de la Iglesia.
Salceda, 8 de marzo de 1925
José Gil Pérez

Arquivo Histórico Diocesano de Tui




Detalle da tasación feita por Manolo de Tacura e Faustino Juste:



Manuel Núñez Rodríguez maestro de obras y Don Faustino Juste Domínguez perito agrimensor, vecinos ambos de Santa María de Salceda, en la provincia de Pontevedra informamos:
Que según nuestro parecer el valor de la capilla en ruina llamada de San José sita en el barrio de Pumar de Suso de esta parroquia de Salceda, incluyendo en solar de la misma asciende a 936 pesetas.
Y para que así conste, lo firmamos en Salceda, a 17 de Febrero de 1925.

Arquivo Histórico Diocesano de Tui







Ylmo. y Reverendisimo Señor Obispo de Tuy
Para poder informarle con conocimiento de causa sobre la situación de la capilla denominada de San José en la parroquia de Salceda, me trasladé acompañado del Señor Teniente Arcipreste Abad de Entienza a aquel lugar el día 21.
Dicha capilla la hemos encontrado solamente con sus paredes en regular estado de conservación. Es pequeñita y endosada a una propiedad con puerta lateral. La puerta principal mira a la entrada de esa propiedad y de un camino de poco mas de tres metros de ancho.
Las imágenes de los altares que tiene, ya las había trasladado a la parroquial el párroco anterior y haciendo averiguaciones entre algunos vecinos de interés por la restauración de la misma por cuenta de ellos, se mostraron poco decididos y casi indiferentes.
En consecuencia somos de opinión se enagene en beneficio de la parroquial. Los tasadores son personas competentes y honradas, según informes, y no nos parece fuera de razón la tasa.
Caldelas 23 de marzo de 1925.
Manuel María Fernández Vázquez.

Arquivo Histórico Diocesano de Tui




Detalle do interior da capela:





Non houbo interesados na compra da capela e seguiu deteriorándose durante 11 anos mais, ata que apareceu un comprador que ofreceu por ela 250 pesetas:


Exmo. Sr. Ylmo. Obispo de Tuy
Don José Gil Pérez, Abad Párroco de Santa María de Salceda en este obispado a V.E. con todo respeto expone:
1º Que en el año 1925 fuí autorizado según oficio que acompaña para enajenar una capilla, ya en ruinas titulada de San José sita en el barrio denominado Pumar de Suso, de esta parroquia.
2º Que hasta el presente no hubo quien se interesase en comprarla, por cuya razón se ha arruinado mucho mas de los que entonces estaba, no quedando en la actualidad mas que las paredes.
3º Que la persona que ahora se interesa en comprarla no ofrece mas que 250 pesetas.
4º Que auque quisiésemos restaurarla no se cuenta con recursos para hacerlo ni lo considero necesario, por cuanto el nucleo de población que la rodea puede muy bien como ya lo hace, concurrir a la iglesia parroquial.
5º Que de no venderla, en esta ocasión probablemente no habrá después quien se interese en la compra de la misma, y entonces no se aprovechará nada de ella, pues terminará por derrumbarse del todo.
6º Que el precio de 936 pesetas tasado antes, es ahora, muy exagerado porque como digo no existen mas que las paredes.
Por consiguiente en virtud de lo expuesto creo ser conveniente enagenar dicha capilla derruida con su area en el precio de 250 pesetas que dan por ella a fin de aprovechar algo en forma de la Iglesia. 

Por eso recurro a V.E. rogándole se obligue autorizar la venta en las condiciones arriba dichas, y el empleo del dinero producto de la venta, en lo mas necesario de esta iglesia parroquial de mi cargo.
Es gracia que espero conseguir de la bondad de V.E. cuya vida conserve el señor para bien de su iglesia.
Salceda, 8 de enero de 1936
José Gil Pérez

Arquivo Histórico Diocesano de Tui



Sacristía


A capela foi comprada pola mesma familia que posuía a casa e terreos estremeiros que estiveran vinculados á capelanía, voltando desde entón a continúar xuntos. Pero esta vez a capela foi adicada a alpendre.

Vista exterior


A mediados do século XX foron vendidos o campanario e varios pináculos que continuaban desde a parte baixa do campanario e cumio da capela ata a parte superior do vetusto portal principal que da acceso a casa e eira, xunto co altar e varias pedras labradas como a do fornelo e ménsula onde estaba exposta a imaxe de San Xosé para ser empregados na reconstrucción dunha igrexa na cidade de Pontevedra.

Imaxe orixinal de San Xosé que era venerada na capela.
 Na actualidade está na Igrexa parroquial.



A pesar de que a capela quedou sen culto, os veciños seguiron celebrando a festividade de San Xosé durante moitos anos despois.

Cada ano unha familia facíase cargo da organización da festa, e quince días antes do festexo ían polas casas dos veciños para recaudar viño, millo, centeo, pitas ou calquer produto que se producía na casa, os cales eran vendidos para pagar a celebración. A imaxe de San Xosé era sacada da igrexa parroquial e levada en procesión ata o Valadouro, un terreo baldío que había en Pumar de Suso, no cruce de camiños lindante co lugar da capela, e alí celebrábase pola tarde a festa amenizada por un gaiteiro. E era obrigado retribuir ao cura cunha rosca grande, un galo e un cabazo de viño.






miércoles, 28 de junio de 2017

Ano de 1910. Festas da CONCEPCIÓN e A ESFARRAPADA. Manuel NÚÑEZ RODRÍGUEZ “MANUEL de TACURA”




Manuel "de Tacura". Foto Balbino








Entrevista con Don Manuel Núñez Rodríguez

Don Manuel Núñez Rodríguez, más conocido por el señor Manuel de “Tacura”, con sus noventa años es el anciano que este año se asoma a las columnas de EL PUEBLO GALLEGO para contarnos sus memorias sobre el desenvolvimiento de nuestra villa y sus fiestas de antaño. Maestro cantero de muy reconocida fama a cuya profesión se dedicó por completo. 

Al lugar de “La Piedra” nos acercamos una tarde en compañía de don Martín Rey, secretario del Juzgado de esta villa e hijo político del señor “Tacura” y el fotógrafo Balvino.

Y entre unas rajitas de jamón y unas “cuncas” de vino del Condado, con que fuimos obsequiados, comenzamos la charla:

- Señor Manuel, ¿nació usted en esta villa?

- Yo nací en el lugar de Torrón, de la parroquia de Entienza. Fuí a una escuela que una señora cuyo nombre no recuerdo, dejó pagada como también la segunda misa de los domingos, cuya función redimió en 1884 el entonces señor obispo de Tuy, don Fernando Gutiérrez. En 1908 me casé con Natividad Caballero Rodríguez, de esta villa, fijando aquí mi residencia definitiva.

- Al ser vecino, ¿fue alguna vez de la comisión de fiestas de la Concepción?

- Pertenecí a la comisión el año 1910, junto con José Rodríguez Fernández y don Leopoldo Boente, secretario del Ayuntamiento; en la víspera llovió mucho y no se pudo echar el “castillo” hasta el otro día; la fiesta fue amenizada por la música de Soutelo que cobró por víspera y día, don onzas (160 pesetas) y el gaitero “Domingos do Crego”.

- ¿Qué hecho o detalle recuerda de sus años mozos?

- Una “corneta” (cencerrada) que se organizó en lo que es hoy el campo de fútbol, en honor de Manuel Gil al casarse con Isabel da Retorta. Leyó el famoso “testamento” y actuó de verdugo para el ahorcamiento simbólico, Antonio Martínez Queiruja.

- Antiguamente la plaza de esta villa consistía en una encrucijada de caminos en donde estaba el Crucero, ¿puede decirnos cómo se llevó a cabo la más o menos aplica que hoy tenemos?

- Efectivamente, solo era una encrucijada y no muy amplia. Los puestos del pescado se ponían al lado del camino que hoy es la carretera de Tuy. Los terrenos para la nueva plaza fueron expropiados a José Barros, más conocido por “o Queridiño”, y parte también a María “da Barca”; era entonces alcalde don Ramón Troncoso y concejal por Salceda don Francisco Blanco más conocido por “Chuco do Blanco”, el que decía que debía hacerse más amplia, pero desgraciadamente le faltó apoyo de los restantes miembros de la corporación municipal.

- ¿Que establecimientos comerciales existían en esta villa por aquél entonces?

- Una tienda de telas de doña Joaquina Sestelo; un mixta de doña Ramona Fernández; sobre ferretería, la de don Miguel Pérez, que por tener también sanguijuelas “bichas” le quedó el apodo de “Bicheiro”, sobre taberna Genaro Carracedo y fonda la de Carlota.

- ¿Trabajó usted en el edificio de la Casa Consistorial construida en 1917?

- No, fue adjudicada a un contratista de Porriño llamado Sabino, que también hizo la fuente. A su inauguración asistió el diputado a Cortes de este partido don Alejandro Mon y Landa, actuando la banda de música de Marcelino de Porriño, y las dos de la villa una llamada de los “caciques” dirigida por Francisco Pérez Ojea “o Capador” que recién llegado del servicio militar se hizo cargo de la qué anteriormente dirigió el maestro don Domingos González “Domingos de Castro”.

- ¿Con quién empezó el oficio de cantero?

-Con el maestro don Casimiro Figueroa por el año 1890, en una peña en la bajada del Rubás, para hacer el camino actual a la finca de “el Pegullal”.

-Según nos contaron, algunos familiares de usted, alcanzaron una larga edad. ¿Es cierto?

-Pues sí: mi madre murió a los ciento cinco años, y una tía hermana de mi madre, a los ciento tres.

Según nos cuentan los familiares que viven con el señor Manuel, lleva una vida muy metódica y unicamente hace unos diez años, o sea a los ochenta, le pusieron con mucho trabajo las primeras y únicas tres inyecciones a causa de una ezema. Los demás achaques que pueda tener los resuelve con un caldo “de pito”, y agua de una hierba llamada “touca”. 

Le viven siete hijos de los once que nacieron, dieciséis nietos y tres biznietos. Su estado de salud actual es magnífico, deseando encontrarlo así dentro de diez años para que cumpla los cien.

FLORENCIO PÉREZ


El Pueblo Gallego. 6 de agosto de 1966






martes, 20 de junio de 2017

Ano de 1897. Un SALCEDENSE na Guerra de CUBA. Entrevista con don Manuel Fernández Veloso “Manuel do ZAPATEIRO”.


Manuel Fernández Veloso "do Zapateiro"



En febreiro do ano 1895 os cubanos alzáronse contra o dominio español, dando comenzo á Guerra da Independencia de Cuba.

Ante a insuficiencia do exército colonial español para sufocar a revolta enviaronse a Cuba reclutas da península, e un deles foi o salcedense Manuel Fernández "do Zapateiro".

A guerra rematou no ano 1898 coa rendición do exército español ante o avance do exército independentista cubano, quen contaba desde o inicio coa asistencia e apoio militar de Estados Unidos.

Cuba independizouse de España, pero cun goberno de Intervención Norteamericano ata o ano 1909, onde as presións cubanas para non continuar como colonias americanas forzaron a retirada de Estados Unidos, conseguindo unha República Cubana totalmente independente a cambio da cesión da base de Guantánamo que aínda hoxe está poseída por EEUU. Pouco durou a independencia xa que no ano 1912 os estadounidenses voltaron á intervir na illa.

Esta guerra foi a última das guerras coloniais que disputou o Reino de España en América, sendo o xerme da crise identitaria, social, cultural e política de España que xurdiu nese ano, denominada “A crise do 98”.






Entrevista con don Manuel Fernández Veloso, veterano de la guerra de Cuba

Acompañado del fotógrafo Balvino, nos acercamos al lugar de Castro para charlar con D. Manuel Fernández Veloso, más conocido por “Manuel do Zapateiro”, el que nos recibió muy atentamente, obsequiándonos con unas tazas del rico vino del Condado, de su cosecha.

Zapatero de gran fama en sus buenos tiempos, que cuenta sus días desde el 21 de junio de 1877, o sean 88 años cumplidos.

- Señor Manuel, ¿podría decirnos algunos detalles de la vida en nuestra villa, en sus tiempos de muchacho?

- Poco recuerdo, pues a los 18 años ya me llamaron al Ejército. Así todo, se que el pan de trigo lo iba a buscar a Tuy una vez para toda la semana Bernardino da Pexegueira, vendiéndose la libra a dos “perras” y a real; y el correo todos los días, también a Tuy, siendo el peaton por aquel entonces Manuel de Antonio de Ana, “O Fantasías”.

- ¿En que año fue llamado a filas?

- En 1896 fuimos a la Casa de Reclutas en Pontevedra; tambien fueron Severino de Curtinas y Agustín do Pazo; en esa quinta le tocaba ir a Cuba hasta el número 600, y el mío salió el 188.

-¿En que fecha se incorporaron?

- Salí de casa el 14 de octubre del 96, destinado al Regimiento Artillería de Montaña num. 3, de guarnición en el cuartel de Las Mercedes, en Lugo, haciendo tres meses de instrucción. Después nos mandaron con permiso hasta que nos avisasen, cuya notificación llegó a los nueve meses, participándome que había sido trasladado a Infantería, y la orden de presentarme en La Coruña, donde el día 15 de octubre de 1897 embarcamos en el crucero “Alfonso XII”. En el mismo iba el general Blanco, para relevar en la Capitanía General de Cuba al general Weyler. Desembarcamos en el Morro de la Cabaña, cerca de la Habana.

- Ya en Cuba, ¿qué misión le destinaron, y que armamento usaban?

- el fusil “Mauser”, nuevo por aquel entonces, y mi batallón del Regimiento Guipúzcoa núm 35, a tareas de limpieza contra los guerrilleros, recorriendo las provincias de La Habana, Santa Clara y Matanzas; misión peligrosísima, por las emboscadas que nos tendían entre los inmensos platanales.

- ¿Recuerda algún lugar histórico?

- Estuve en Buenagay, lugar en que mataron al célebre cabecilla Antonio Macedo, contando allí que cayó traicionado por sus propios compañeros, al no simpatizar con ellos la participación americana, pues su pretensión era la total independencia, y que a no ser así “más valía una madre mala, que una madrasta buena”.

- ¿Cuanto tiempo permaneció en Cuba?

- Hasta la capitulación total, cuyos dias anteriores fueron horribles, siendo en Matanzas donde nuestro batallón arrió la bandera de España, cuyo hecho, aun hoy al recordarlo se me llenan los ojos de lágrimas.

- ¿Y regresaron?

Embarcamos en el mismo Matanzas el 5 de enero de 1898, en el mercante “Patricio Santos Tregue”, y después de veinte penosos días llegamos a Barcelona, todos rotos, en alpargatas y con tres pesetas. El mismo día también llegaba otro barco con repatriados de Filipinas. Yo venía enfermo de las “maleitas”, y en el tren era asistido por la Cruz Roja.

-¿Guarda algún recuerdo de la participación en aquella campaña?

- Este reuma, que tanto me fastidia en las piernas, a causa de tener que vadear un rio con el agua hasta la cintura, el día 8 de diciembre del 97, y la gratificación que me da el Estado, como superviviente de tal epopeya.

- Se acerca la romería de la Concepción; ¿podría contarnos algún detalle de las de entonces?

- Antiguamente la romería se hacía por barrios, pero por mediación de don Leopoldo Boente, en 1908, se logró que se uniera toda la parroquia, haciéndoles en dicho año un descuento de dos reales a los socios del barrio de Arriba, por haberles tocado a ellos tener la fiesta del año anterior. Solo se celebraba el sábado y domingo.

- ¿Alguna vez fué usted de la comisión?

- En el año 1912, con Domingo de Castro, Ramón do Tendeiro (no recordando los otros), amenazada por la música de Soutelo y los gaiteros “O Troncoso” y “Domingos do Crego”.

- ¿Eran mejor las fiestas de entonces, o las de ahora?

- Por mi viudez, no muy lejana, y mis achaques, no voy a ellas; ahora serán muy costosas y con mucha afluencia de gentes, pero más típicas y divertidas las de aquellos tiempos; sobre todo en las vísperas, que entre cada remesa de música y gaitero, se echaba una tirada de fuego de lucería de Darío de Cabreira.

FLORENCIO PÉREZ


El Pueblo Gallego. 31 de julio de 1965










jueves, 8 de junio de 2017

Ano de 1901. O crime de BALTASAR “o GUAPO”. - Festa de San BENITO de PEGULLAL.





Antigamente celebrábase unha verbena na festividade de San Benito no barrio de Pegullal en Santa María de Salceda. Conservamos testemuña documental delas a través da crónica negra que quedou de algunha pelexa e altercados, que non podían faltar nunha boa festa:




En la romería celebrada en Salceda día de San Benito, se libró una verdadera batalla entre los mozos de aquella parroquia y otros de Cabreira y Alján, resultando gravemente herido de arma blanca el joven Nemesio Carracedo Veloso, domiciliado en el primero de dichos lugares.

También recibió lesiones, aunque leves, su convecino Jenaro Carracedo Justo. Como presuntos autores de dichas heridas, han sido presos y puestos á disposición del juez de Tuy, los portugueses Antonio Foraquin da Silva (a) Almeida y Joaquín Pereira, de 37 años y 19, respectivamente.

El Correo de Galicia 27 de marzo de 1914.








En la parroquia de Salceda (Tuy) apareció el cadáver de Francisco Cortiñas Alvarez, vecino de la misma.

La víspera del día en que apareció muerto, había ido á la fiesta de San Benito del Pegullal, cerca de su casa.

Por la noche regresó á aquélla completamente embriagado, y, al reconvenirle su esposa por el estado en que llegaba, la maltrató y pretendió pegar también con una azada á su padre político.

Durmió profundamente toda la noche, y al levantarse por la madrugada, cogió un revolver y se metió en un cobertizo, disparándose allí los tiros que le ocasionaron la muerte.

Créese que el motivo del suicidio ha sido la difícil situación económica en que se encontraba.

El Eco de Galicia Órgano de los gallegos residentes en las Repúblicas Sud-Americanas. 20 de agosto de 1905





Pero un día fatídico foi o 21 de marzo do ano 1901, data na que se fraguou na verbena de San Benito o xerme do crime que cometeu Domingo Baltasar “o Guapo”:




O CRIME de BALTASAR “o GUAPO






Según parte oficial de la Guardia Civil del puesto de Porriño, podemos ampliar, aunque poco, los detalles del homicidio ocurrido en la parroquia de Budiño, de aquel distrito y del que dimos ayer cuenta.

La víctima de este crimen, Francisco Pérez Alfaya, de 59 años de edad, fué muerto en su propio domicilio de un tremendo golpe que en la cabeza le asestó con un palo su convecino Domingo Baltasar González, de 22 años y oficio labrador.

Lo que no está bien aclarado es la causa originaria del homicidio, que parece ser fué motivado por una disputa sostenida entre ambos.

El agresor, inmediatamente de realizar el crimen huyó de la parroquia, consiguiendo internarse en Portugal, por cuya razón no ha podido ser capturado.

El Diario de Pontevedra. Periódico liberal. 17 de abril de 1901






Dicían de Domingo Baltasar que era un rapaz conflitivo, de carácter pendencieiro e provocador, “se las echaba de guapo”, tiña 22 anos de idade, vivía en Budiño e dedicábase ás tarefas do campo como a maioría dos seus veciños.

O 21 de xuño de 1901 xunto co seu pai, coincidiron con José Pérez, veciño de ambos, na romaría de San Benito de Pegullal que se celebraba en Salceda.

Nun momento da festa, Baltasar comezou unha forte discusión co seu pai que rematou en golpes ata que interviu José Pérez en auxilio do mais vello, conseguindo que remitisen as agresións.  Pero o rancoroso Baltasar que tiña mal perder, gardoullas ...

Tres semanas despois, o 13 de abril de 1901, estando José Pérez na eira da súa casa preparando unhas vimbias para atar as viñas, preséntouse de imprevisto Baltasar e sen mediar palabra algunha botoulle as mans ao pescozo. Sen poder defenderse José caeu ao chan ao tempo que pediu auxilio. Ante os berros de socorro, saíu na súa axuda o seu pai Francisco Pérez Alfaya quen nese momento tamén estaba na casa.

Baltasar liberou a José e focalizou a súa ira contra Francisco, colleu un pau e pegoulle un forte golpe na cabeza que o fixo derribar instantáneamente ao chan, e para rematalo aséstoulle outro broucazo no pescozo, causándolle unha fractura no cranio e unha conmoción cerebral, provocándolle a morte poucas horas despois.

Baltasar consciente do mal que fixera fuxíu cara a Portugal, manténdose prófugo da xustiza durante 3 longos anos.

En 1904 percibindo certa relaxación no cerco sobre a súa captura, Baltasar comezou a merodear polas parroquias próximas ocultándose da Garda Civil, ata que en setembro de 1904 foi detido. Tras o pertinente interrogatorio confesou a autoría do crime.

O 2 de marzo de 1905 celebrouse a vista xudicial e Domingo Baltasar foi declarado culpable de causar a morte de Francisco Pérez Alfaya e condenado a 12 anos e un día de prisión e ao pago de 2000 pesetas de indemnización á familia da vítima.







Por la Guardia civil de Porriño ha sido capturado el vecino de la parroquia de Budiño, Domingo Baltasar González, que desde 1901 se halla reclamado judicialmente, como autor de la muerte de su convecino Francisco Pérez Alfaya, realizada el día 13 de Abril del citado año.

Dicho sujeto merodeaba ocultamente por la comarca, donde era temido por su carácter de pendenciero, haciendose el guapo.

Confeso de su delito fué entregado al Juzgado de instrucción de Tuy.

La Correspondencia Gallega. 24 septiembre 1904










La Guardia civil del puesto de Porriño acaba de prestar un importante servicio, capturando, después de tres años de pesquisas inútiles, al vecino de la parroquia de Budiño, Domingo Baltasar González, autor del asesinato de su convecino Francisco Pérez Alfaya, cometido el día 13 de Abril de 1901.

El detenido se las echaba de guapo, siendo de carácter pendenciero y provocativo, y hace tiempo que merodeaba por las parroquias del mencionado distrito, ocultándose á la acción de la justicia.

Confeso del delito mencionado, ingresó en la cárcel de Tuy á disposición del Juzgado del partido.


El Diario de Pontevedra. 24 septiembre 1904














Hoy se celebrará en la Audiencia la vista del proceso de Tuy contra Domingo Baltasar por muerte violenta de su convecino José Pérez Martínez.

El hecho ocurrió hace cinco años cerca del Porriño, pero por haberse ausentado el delincuente á Portugal no pudo celebrase hasta la fecha el juicio.

Pide el fiscal la pena de 14 años, 8 meses y un día de reclusión. La defensa está encomendada al abogado D. Prudencio Landín con el procurador D. Daniel Barros.

Diario de Pontevedra. 2 de marzo de 1905











Se vió ayer ante el Jurado en nuestra Audiencia, la causa incoada en el Juzgado de Tuy, contra Domingo Baltasar Gonzalez, por el delito de homicidio.

Según la relación Fiscal, el procesado venía enemistado desde hace tiempo con su cuñado José Pérez, vecino de Budiño, por haber salido el último en defensa del padre del Domingo á quien este amenazara de palabra y obra en la fiesta de San Benito de Pigullal.

Llegado el 13 de Abril de 1901 y estando el José Pérez en la era de su casa limpiando unas mimbres para atar la viña, se presentó allí el Domingo y sin mediar palabra alguna echó las manos al pescuezo del José tirándole al suelo, por lo que dió voces demandando auxilio, á las que acudió su padre Francisco Perez y al que acometió enseguida el procesado, con un palo, y pegándole primero en la cabeza cayó al suelo y yá en esta situación le dió otro en el cuello, causándole la fractura del cráneo y una congestión y meningitis cerebral, por consecuencia de las cuales falleció á las doce de la noche del mismo día.

Preguntado el procesado este niega ser autor del hecho que se le imputa y recibida la prueba el Presidente suspende la sesión hasta las tres y media de la tarde.

Reanudada, el Ministerio público pide en su informe se condene al procesado á la pena de 14 años, 8 meses y un dia de reclusión temporal, costas é indemnización de 2.000 pesetas á la familia del interfecto.

La defensa encomendada al señor Landín, refuta algunas de las afirmaciones hechas por el Fiscal y dice que su representado al ejecutar los hechos relatados, lo hizo por miedo y obedeciendo á una fuerza insuperable, al ser acometido por parte del interfecto y del hijo del mismo, sin intención de causar un daño tan grave como el que produjo, solicitando del Jurado un veredicto de inculpabilidad.

Hecho el resúmen por el Presidente, el Jurado se retiró á deliberar dictando un veredicto de culpabilidad, pero apreciando una circunstancia atenuante, pronunciando luego sentencia la Sala por la que se condena al Domingo Baltasar Gonzalez á la pena de 12 años y un día de reclusión temporal y 2000 pesetas de indemnización á la familia del interfecto.

La Correspondencia Gallega. 3 de marzo de 1905